Hola amigos, Después de un año sin utilizar la cuenta (hice el hilo de
presentación e ya) vuelvo para hacer algo que llevo tiempo queriendo hacer, que
no es otra cosa que ir contando mi vida, sobre todo las desgracias y los
momentos más difíciles, aunque supongo que también contaré alguna cosa
divertida.
Antes de empezar a contaros la primera historia quiero advertiros de
unas cuantas cosas:
-TODO y absolutamente TODO lo que cuente va a ser totalmente cierto
excepto algunos datos puntuales que modificaré para ocultar mi identidad.
-Lo hago como algo personal, como una terapia así que me da igual que lo
lea poca gente, de echo incluso lo prefiero.
-No esperéis un pedazo de relato megabueno porque os advierto que se me
da bastante mal redactar, aunque voy a explicarme lo mejor que pueda.
-Seguramente las historias no sigan un hilo en el tiempo, sino que
contaré una etapa de mi vida y luego iré contando todas las historias que
recuerde sobre esta etapa.
Bueno después de esta introducción, voy a empezar, y lo voy a hacer
contándoos como era yo cuando era pequeño:
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Primera Parte: El inicio del bullying
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Cuando era muy pequeño (2 años), era uno de esos niños que no se
despegan de su madre,hasta el punto de no comer si no era mi madre quien me
daba de comer. Tenía el pelo largo y liso (melena que llegaba masmenos hasta
los hombros) y la cara muy fina. Era muy responsable y ordenado con mis cosas,
mis juguetes siempre estaban perfectos, me gustaba tenerlos bien guardados y
colocados etc...
Vivía en una granja cuando empecé a ir al cole, ya era un poco mas mayor
y ya estaba más desmadrado pero seguía siendo bastante sensible.
En la granja jugaba con mis hermanos, no había nadie más con quien
relacionarnos normalmente así que siempre estábamos juntos.
Mi hermano mayor y yo íbamos al colegio juntos, recuerdo que todas las
mañanas andábamos desde mi casa hasta la carretera por un camino, pisando
charcos congelados, Al final del camino nos esperaba un profesor (uno de los
pocos que había en ese diminuto colegio en el que nos juntaban en una clase a
varios cursos). Nos montábamos en el coche del profesor y nos llevaba a clase.
Allí no recuerdo que hiciéramos gran cosa, supongo que porque era muy pequeño
pero solo recuerdo que hacíamos manualidades y cosas por el estilo.
Al acabar las clases nos llevaba de vuelta a casa y nos dejaba al
principio del camino. Esta vez lo recorríamos a la inversa para subir unas
escaleras de piedra bastante endebles (muchas veces estaban partidas y teníamos
que saltar el hueco de uno o dos escalones para ir a pisar al siguiente escalón
seguro) y entrar en casa pero no sin antes esquivar al perro. Ese perro que
teníamos atado a los pies de las escaleras, en una caseta de obra que habían
construido los dueños de la granja. Ese perro me daba muchísimo miedo así que
siempre andaba corriendo para entrar y salir de casa, o llamando a alguien para
que lo quitara de en medio.
Mis fin de semana los pasaba la mayoría en la granja, andábamos en bici,
jugábamos a la pelota o curioseábamos por alguna nave llena de trastos.
No teníamos tampoco mucho sitio para jugar y encima había una parte a la
que no nos dejaban acercarnos porque había un poco de precipicio (no creo que
fuera muy grande pero como yo era pequeño lo recuerdo bastante grande).
La vida allí era bastante aburrida pero por suerte tampoco estuvimos
mucho tiempo.
Nos acabamos mudando a un pueblo cercano y bastante grande. Había muchos
niños (aproximadamente eramos 200 en el colegio), había 3 fábricas y bastantes
negocios.
Nos mudamos a una casa vieja de alquiler situada en el casco antiguo del
pueblo. La casa tenía 4 pisos y era especialmente terrorífica, pasé mucho miedo
en esa casa.
en el Bajo, había un garaje bastante amplio, pero no se podía guardar el
coche porque la calle era muy estrecha y no se podía maniobrar así que
normalmente estaba lleno de trastos. Al lado del garaje y separado por una
puerta, había una especie de trastero en el que recuerdo que había una madera
grande apoyada en la pared del fondo y dos bombonas de butano sujetándola,
alguna vez curioseando aparté un poco la madera y lo que había era una especie
cueva muy oscura con el suelo de tierra y piedras. Pegado al trastero por el
lado contrario al garaje
encontrábamos otra puerta que se comunicaba con las
escaleras de subida y con una puerta que daba a la calle. Si subíamos por las
escaleras encontrábamos otra puerta que daba a la parte más habitable de la
casa. Al entrar encontrábamos una planta bastante normal, quizás la planta que
menos miedo me daba.
En esa primera planta había un baño, una cocina, un salón con una estufa
de leña y las escaleras que subían a los dormitorios. En la segunda planta
había tres dormitorios bastante mal repartidos y con el sitio muy
desaprovechado.
Me acuerdo que para entrar en mi dormitorio tenía que entrar en el de mi
hermano, cruzarlo y entrar en el mío, que compartía con mi otro hermano.
Este piso estaría bastante bien si no fuera porque tenía una puerta que
se encontraba en bastante mal estado y que nos dirigía a la tercera planta, una
planta muy rara en la que encontrábamos una especie de depósitos de agua y poca
cosa más y por último, un poco más arriba había una terraza bastante
denigrante.
A pesar de no vivir muy bien en esta casa y de pasar mucho miedo, en
esta época de mi vida era muy feliz. Lo único que hacía era jugar en la calle:
dar vueltas con nuestras bicis viejas, jugar a los tazos, a la pelota etc...
Pero pronto ocurrió algo...
Un día en el colegio, estábamos esperando todos en filas, ordenadas por
cursos, a que sonara el timbre, vinieran nuestros profesores y entráramos muy
ordenadamente curso por curso. Solíamos esperar unos diez minutos hasta que
sonaba el timbre. En este tiempo todos los niños hablábamos de típicas cosas de
niños, cambiábamos cromos y tazos y nos preguntábamos unos a otros si habíamos
hecho los deberes.
A esto que un día, unos chavales 3 o 4 años mayores que yo se pararon en
mi fila y se pusieron a hablar de un programa que se hizo muy conocido en
aquella época (por lo menos en el pueblo en el que vivía) todo el colegio
hablaba de él y se repetían frases populares del mismo. Era un programa en el
que había dos chicas disfrazadas a las que creo que llamaban
"pécoras" y una de las frases mas conocidas podíamos escucharla en el
momento en que tiraban a los concursantes por un tobogán a una especie de
piscina llena de mierda, a la que llamaban "el foso" y mientras lo
hacían todo el mundo chillaba repetidamente "AAAL FOOOSO AL FOOOSO OOE OOE
OOOOEEEEEE".
Total que esa frase gustó en mi colegio y todo el mundo la decía, pero
la decían mal... decían "al pozo" en vez de "al foso" y yo
se lo hacía saber a mis compañeros muy educadamente. Así que cuando escuché a
aquellos chavales decirlo, les corregí. Pues decidieron que estaba equivocado y
que necesitaba tener un castigo, así que se pusieron todos a chillarme
"AAL POOOZO AL POOOZO OOEE OOEE OOEEEEE". Los demás niños, al ver que
me rodeaban y que chillaban aquella frase tan molona en aquellos tiempos,
empezaron a acercarse para rodearme también ellos y unirse así que acabé
teniendo alrededor de 200 niños chillándome mientras los que habían empezado
con aquello le decían a todos los demás lo tonto que era por pensar que en
aquél programa decían "al foso".
Yo respondí a este ataque llorando, tardaron en caerme las lágrimas pero
después de 5 minutos me empecé a sentir muy atrapado y me eché a llorar. Así
descubrieron los mayores que yo era un niño sensible, y que si se empleaban un
poco podían hacerme llorar. Así que eso se convirtió en algo diario durante
bastante tiempo, empezaban rodeándome los mayores y acababa todo el mundo
chillándome aquella maldita frase. Lo que más me impacta de esto ahora que lo
pienso, ya de adulto, es que los profesores no hacían nada, NADA!!! no hicieron
nada para evitarlo durante mucho tiempo, y yo cada vez estaba más machacado.
A esto hay que añadirle lo que ya llevaba aguantando mucho tiempo, como
os he dicho antes, llevaba el pelo largo, así que los niños se dedicaban a
decirme que era una niña, que me cortara el pelo o cosas como "tu no
juegas niña vete de aquí". Creo que esto ya no pasa (o por lo menos lo
espero) pero antes algunos niños te rechazaban por llevar el pelo largo.
Al principio lo del pelo me daba igual, era un niño muy orgulloso, me
gustaba llevar el pelo largo y cuanto más me dijeran que me lo cortara más
largo me lo iba a dejar.
Pero cuando empezó a pasarme lo de la fila, la gente empezó a perderme
el respeto y si antes me rechazaban 3 o 4 ahora eran 20 hasta que llegó un
punto en el que estaba completamente solo. Estaba solo en clase y solo en el
patio, y yo no hacía nada por acercarme a otros niños porque estaba
completamente hundido y si se acercaban, muchas veces era para vacilarme y
pocas para jugar conmigo.
Empecé a buscar otras cosas que hacer para que los recreos no fueran un
aburrimiento (eran casi 3 horas de recreo al día).
Algunos recreos dibujaba con un palo en el suelo, otras daba vueltas sin
mas, otras miraba como otros niños jugaban al fútbol etc... Hasta que un día me
dio por mirar por la ventana de la guardería (había una guardería dentro del
colegio) y me pareció muy divertido, así que me tiraba la mayor parte del
tiempo allí, apoyado en la repisa de una ventana muy baja que había, mirando
como jugaban los niños de la guardería.
La profesora de la guardería, después de verme allí día sí día también
durante meses, un día decidió abrir la ventana para invitarme a pasar el recreo
dentro. Así que muy contento acepté y empecé a coger la costumbre de ir allí
todos los recreos a ayudarla (jugaba con los niños, le ayudaba a colocar los
juguetes que tiraban o a hacer algunas cosillas como ayudar a los niños a
ponerse las chaquetas etc...)
Por lo menos ya no estaba solo en el recreo pero las burlas seguían y
cada vez eran peores, algunos ya me empujaban o me amenazaban y para colmo,
otros niños vieron que entraba a la guardería y les pareció divertido, así que
empezaban a entrar en masa para pasar el recreo allí ellos también.
Al segundo día la profesora cortó eso y nos dijo que no podíamos volver
allí (imagina, no tiene bastante con los niños que tiene para que encima se le metan
10 o 12 más todos los días y todos los recreos).
Otra vez me encontraba solo y eran pocas las veces que jugaba con otros
niños. Incluso alguna vez me sentí también discriminado por alguna profesora o
monitora, pero esto os lo contaré en la próxima actualización, en la que
también os contaré un hecho que mejoró un poco mi situación y la forma en que
mi personalidad iba cambiando debido a el bullying iba aumentando.
Bueno esta es la parte un poco más aburrida por la introducción y
demás... Cuando pueda actualizaré aunque no se cuando va a ser... puede que sea
dentro de una semana, puede que dentro de un mes o dos...
Saludos y espero que os haya entretenido aunque según hago scroll me
parece un tochazo bastante infumable! jajaj
busqun informacion sobre el metodo kiva para el bullying
ResponderEliminar, tal parece que da buen resultado !